Canciones infantiles: ni música, ni para niños

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Canciones infantiles: ni música, ni para niños

En las fechas navideñas es cuando más se puede disfrutar de los niños (?). Son días en los que la ilusión y el color nos invita a volver a mirarlo todo con sus ojos, con esa mirada codiciosa de yonkis de la glucosa.

Ya lo he comentado alguna vez, a mí me gustan los niños (casi mejor matizo y digo que me caen bien, que nadie me tome por un catequista o un profesor de gimnasia de los que huelen a coñac y tabaco negro), me identifico mucho con su carácter y con lo que se la sopla todo. Son capaces de generar reacciones imprevistas de una maldad muy pura, maldad neta (con lo que mola eso).

Son malos, como decía, pero además son violentos: se lían a hostias por un “quítame allá ese Rayo McQueen” o porque su hermano mayor está invadiendo su espacio con un dedo pero sin siquiera tocar. Además están desequilibrados, con lo que pueden pasar de estar descojonados vivos a un llanto estridente como una balsa llena de gatos a la deriva, y lo hacen si solución de continuidad. Son egoístas y retorcidos, mienten con un descaro pasmoso y su higiene personal es bastante cuestionable.

Releyendo el párrafo anterior me veo en la necesidad de recalcar que hablo de niños, no de contertulios de Tele 5 ni concursantes de Gran Hermano. Ojo a esto último, que si hacemos un diagrama de Venn sería algo así:

Diagramas de Venn y Sálvame¿Pero cual es el origen de este carácter? ¿por qué se pervierten las criaturas más puras? ¿quién es el culpable de esta iniquidad? ¿todavía pueden comprarse bombillas incandescentes en el mercado negro? La respuesta a las tres primeras preguntas es sencilla (la cuarta es a pillar y no entraba en el temario). Los niños son así por nuestra puta culpa, y no me refiero al ejemplo que les damos, ni a que les engañemos sistemáticamente… no, los niños se rebelan contra los adultos por culpa de las canciones infantiles.

Las canciones destinadas a los niños son todas una gilipollez supina, ñoñas, absurdas, incongruentes, con unas músicas que harían que el Santo Job se liara a patadas con la radio, facilonas y de una calidad deleznable.

Releyendo el párrafo anterior me veo en la necesidad de aclarar que estoy hablando de canciones infantiles, no del último disco de Pablo Alborán, David Bisbal o Antonio Orozco. Ojo a esto último, que si hacemos un diagrama de Venn sería algo así:

Canciones para niños y Bisbal

 

Puede que no me creáis, estáis en vuestro derecho, pero como suelo hacer lo defenderé sirviéndome del pragmatismo que me caracteriza y de este teclado desde el que este modesto jornalero de la estulticia tiene el atrevimiento de entrar en los cuartos de baño de sus hogares y puestos de trabajo.

Para muestra un botón (ton, ton)

“Debajo’un botón” lyrics

Debajo un botón, ton, ton,

que encontró Martín, tin, tin,

había un ratón, ton, ton;

¡ay! qué chiquitín, tin, tin.

 

¡Ay! qué chiquitín, tin, tin.

era aquel ratón, ton, ton,

que encontró Martín, tin, tin,

debajo un botón, ton, ton.

 

¡Me cago en lo más sagrao! ¿pero esto que cojones es?. Lo primero es que luego pondremos el grito en el cielo cuando nos digan que nuestros niños no saben leer y que hablan con el culo. ¿Tanto cuesta poner “Debajo de un botón”? claro, pero entonces la métrica se va al carajo.

Al hijo de puta tartaja que perpetró esta soberana estupidez, le diría también que la historia es muy floja: ¿dónde está el contexto? ¿cuál es el desenlace? ¿qué pasó con el puto ratón, ton, ton? ¿y con Martín, tin, tin? No hace falta que sea juego de tronos, pero coño, que pase algo.

El barquero pedófilo

“Al pasar la barca” lyrics

Al pasar la barca 

me dijo el barquero

las niñas bonitas

no pagan dinero.

 

Yo no soy bonita

ni lo quiero ser

tome usted los cuartos

y a pasarlo bien.

 

Al volver la barca

me volvió a decir

las niñas bonitas

no pagan aquí.

 

Yo no soy bonita

ni lo quiero ser

las niñas bonitas

se echan a perder

 

Como soy tan fea

yo le pagaré

¡Arriba la barca

de Santa Isabel!

Esto va de una niña que está paseando junto a un cauce fluvial o una bahía. La infanta en cuestión quiere atravesar dicha masa de agua para lo que requiere los servicios de un barquero. El barquero resulta ser un rijoso hijo de puta que le mete fichas a la criatura (a pesar de que debe ser fea como un pie ajeno).

Una vez cerrada la transacción, el barquero, le dice a la niña: “mira, chata. Que si te quieres ahorrar el importe del ferry se puede hablar” y la otra le manda a tomar por culo (pero como no rimaba “ni lo quiero ser” le metieron un “a pasarlo bien” que tampoco te creas tú que encana ni asonante)

A la vuelta a la orilla A procedente de la orilla B, la niña fea se encuentra con el mismo operario guarro, la situación es análoga y con el mismo resultado final.

Para lo de “¡Arriba la barca de Santa Isabel!” no tengo nada que aportar, me suena a un episodio esquizoide del artista en cuestión (o una referencia muy mal traída a las erecciones del barquero).

El patio comunitario

“El patio de mí casa” lyrics

El patio de mi casa
es particular:
cuando llueve se moja
como los demás.

Agáchate
y vuélvete a agachar
que las agachaditas
no saben bailar.

Hache, i, jota, ka
ele, elle, eme, a,
que si tu no me quieres
otro amante me querrá.

Chocolate, molinillo,
corre, corre que te pillo.
¡Estirad, estirad
que el demonio va a pasar!

Esta es una de las canciones infantiles con menos sentido de todas, y eso ya es toda una proeza.

Dice que el patio de su casa es particular, pero que cuando llueve se moja como los demás. Entiendo que se refiere a que esta el acceso vetado a los no residente, vale, es que si no es para darle dos hostias, porque se desdice en la siguiente frase “como los demás” ¿Qué puta mierda de singularidad es esa?.

Después dice que te agaches, que las agachaditas no saben bailar. Además de sexista, este comentario es falaz, l@s agachadit@s saben bailar, lo que pasa es que les cuesta bastante más por lo incómodo de la postura.

Luego llega esto:

  • ¿Me quieres?
  • No.
  • Pues te recito el abecedario desde la hache y te meto la “a” despues de la eme para que rime con querrá
  • Por estas cosas no te quiero ¿es tan difícil dar con una persona normal en Meetic? No me vuelvo a fiar de una tía por mucho que tenga un patio particular en su perfil

Y el delirio final es cuando empieza a perseguirte con el chocolate y el molinillo y te dice que “estires” (¿de dónde, hija?) que viene el demonio

Concluyendo

Los estamos volviendo completamente gilipollas, viven acojonados con la barca de la Santa, con los botones y los roedores que se te pueden meter por cualquier cavidad y poner huevos (vale, huevos no) y tienen una visión distorsionada de la propiedad privada, el abecedario y los ritos satánicos.

 

By | 2015-01-05T18:19:45+00:00 enero 5th, 2015|

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Bender mola, Mazinger también, pero el resto de los robots... Por favor, mete el codigo para comentar *