Puedes decir que es un blog de humor, pero también puedes decir que es una insensatez, un disparate, una parida, un caniche cojo o lo que faltaba. Por decir que no quede, total.
No te molestes, no busques una explicación. Esto es exactamente lo que estás leyendo: no hay trampa ni cartón, no hay artificios de titiritero, no hay cabriolas de bufón, no hay leche y se ha terminado la arena de gato.
Lo único que vas a encontrar en este blog es un compendio de reflexiones pretendidamente útiles, pero que no pasan de gilipolleces. Hace mucho tiempo descubrí que tenía una opinión formada para casi todo y una cantidad sorprendente de teorías muy fundamentadas en lo que podríamos llamar la dialéctica de lo absolutamente innecesario.
Ahora que me he hecho el listo, pasaré a la parte que mejor me retrata: escribiré la palabra “pedo” y me reiré yo solo.
¿Entonces es un blog de humor o qué?
Que vale, que para ti la perra gorda, que es un blog de humor. Me estabas cayendo bien, pero al final la tenemos con tanta insisitencia.
El único sentido que le quiero dar a esto es el de poder desarrollar más las estupideces que no caben en un tweet, por cierto si quieres puedes seguirme pero tampoco te creas que todo es carnaval. En Twitter me dedico a hablar de cosas bastante aburridas, aunque también de fútbol y de otras cosas, pero vamos, que no merece la pena ir hasta allí para que luego no te guste.
Tú quédate en esta bitácora coñera, que tiene su punto y estamos más anchos que ahí rodeados de Community Managers y famosos metiendo el cuezo.